Y es que hoy no narro nada en absoluto y escribo en mi nombre, y
en nombre de muchos. Este es mi Blog y puedo hacer lo que me plazca, por tanto
hoy hablaré de nosotros, de los pocos que quedamos.
¿Quiénes somos nosotros? Somos aquellos que aún creemos que el
amor es algo que existe y perdura, que el romanticismo es su más sentida explicación
en un mundo que aún hoy no ha encontrado las palabras para definirlo y que
nunca las alcanzará, pues el amor es diferente para todos e igual al mismo
tiempo, pero no, no estoy aquí para debatir que es el amor sino para ponerme en
defensa de todos los que pensamos, que en algún rincón del mundo existe aquella
persona con la que levantarse cada mañana y plantearle tu mejor sonrisa. Muchos
dicen que ha muerto y yo digo que sí, que ha muerto, que lo ha matado la
sociedad materialista en la que convivimos hoy, esa sociedad que no piensa en
otra cosa. Pero nosotros no estamos muertos, no, nosotros estamos en este mundo
cada día intentando resucitarlo con la esperanza total de conseguirlo, aún sin
haber obtenido nada todavía, sabiendo que en este momento, si alguien siente el amor de verdad, a su manera, estará orgulloso de leer esto. O eso
espero.
No voy a negar que tu prosa se ha refinado con el tiempo, pero confieso: me entercene la ingenuidad con la que se trata el amor en este texto en contraposición a la cínica voz que, decepcionada, narra con frivolidad las decepciones de la vida en tu obra más reciente.
ResponderEliminarNo voy a negar que tu prosa se ha refinado con el tiempo, pero confieso: me entercene la ingenuidad con la que se trata el amor en este texto en contraposición a la cínica voz que, decepcionada, narra con frivolidad las decepciones de la vida en tu obra más reciente.
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